El sol no ha coloreado hoy la ciudad, como en cualquier otro día de otoño. La luz mortecina, entraba por las rendijas de la persiana, proyectando sombras que se confundían con la oscuridad del cuarto. El mar, coloreado de un apagado gris, golpeaba las rocas con fuerza inusual. Hoy todo ha sido… distinto. Pasan los minutos…, las horas… Poco a poco, el día se va acabando. El sol se oculta lentamente, las sombras se hacen cada vez más alargadas y la oscuridad va cubriendo cada rincón. Como un réptil, la bruma zigzaguea mar adentro, adentrándose rápidamente en tierra hasta cubrir por completo la ciudad. Bajo ese manto blanquecino y húmedo, parece que las sombras, más negras que la propia oscuridad, quisieran ocultar algo… Algo que no se ve, que espera agazapado a que alguien se acerque. Algo que quizá no sea de este mundo, que haya llegado del otro lado, arrastrándose buscando saciar su sed.

Samhein… Halloween... Noche de Todos los Santos. Noche en que el tiempo se detiene en la eternidad de un segundo... Noche en que los muertos volverán a levantarse, abandonando sus tumbas, dejando atrás su sueño eterno para volver a caminar sobre la tierra. Noche de leyendas, de misterio… Noche en que debemos temer a adentrarnos en las sombras, por miedo a no regresar jamás… Noche de historias de terror, de disfraces, de tradiciones…

De origen Celta, Samhain celebraba el fin de la cosecha y el inicio del año nuevo, momento en el que la línea que une este mundo y el otro, se estrechaba permitiendo a los espíritus pasar a través. En el siglo XIX, esta festividad llega a Estados Unidos de mano de los inmigrantes irlandeses, convirtiéndose con el paso de los años en una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense. Coincidiendo con la tradición cristiana del Día de Todos los Santos, España ha adoptado la festividad de Halloween como propia, celebrándose al más puro estilo americano.

Embozados bajo nuestras máscaras, rodeados de demonios, zombis, y fantasmas, sonará uno de los himnos de la noche de brujas. Compuesto en 1984, e interpretado por el inmortal Michael Jackson, ingresó directamente en el Top Ten de todas las listas de éxitos, consiguiendo el número 1 en numerosos países. Dirigido por John Landis, el videoclip, no sólo es un pequeño tributo a las películas de terror de serie B, sino que además es uno de los más vendidos, alcanzando los nueve millones de copias. Contó con la participación de la actriz Ola Ray que, perdida en el bosque intentaba escapar de un grupo de zombis, mientras la voz del mítico Vincent Price resonaba entre ecos de ultratumba. Incluido en el sexto álbum de estudio del cantante del Rey del Pop es, a mi parecer uno de los mejores temas de todos los tiempos.

Es el momento de escuchar esta canción… La está habitación en penumbra, iluminada únicamente por la tenue luz de una vela… Las sombras se mueven y nuestra imaginación nos juega una mala pasada: parece que hay algo allí… Si, ¿no lo ves? Justo al lado de la puerta… Hay alguien que te mira fijamente desde la oscuridad… Te levantas y caminas lentamente para descubrir qué hay oculto entre las sombras del cuarto, mientras escuchas Thriller… Estas cada vez más y más cerca... De repente algo se mueve rápidamente, te giras y...

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