martes, 12 de junio de 2012

Swing the Mood

martes, 12 de junio de 2012

Aquel primer año aún seguíamos en El Egido. Tras un par de meses de verano, de piscinas, de barbacoas, fiestas y excursiones, comenzó una nueva etapa en mi vida que me llevó, no solo a formarme como Ingeniero en Informática, sino también a conocer a muchas e interesantes personas, algunas de las cuales, hoy por hoy son grandes amigos y amigas.

Es posible que sea porque ya quedaron atrás, o quizá no, pero si es cierto que aún recuerdo con nostalgia aquellos años de Universidad. También es cierto que cada año, al llegar junio siempre vuelven a mi memoria sensaciones, olores y sonidos de aquellas noches de verano, sentado junto al balcón de mi cuarto, sumergido entre folios de apuntes y ejercicios.

Entre esos sonidos, siempre resuenan las notas de una misma canción: Swing the Mood. No sé exactamente el motivo, pero este tema marcó cada año de mi adolescencia, el inicio de la temporada estival. Incluido en The Album, primer trabajo de la formación inglesa Jive Bunny & The Mastermixers, Swing the Mood compila un total de trece temas míticos de artistas como Glenn Miller, Little Richard, Bill Haley & His Comets y Elvis Presley, entre otros. Esta manera de entender la música, inició el movimiento Mash’up, que consiste en combinar uno o más temas musicales en una nueva composición.

Aunque The Album alcanzó el segundo puesto en las listas de ventas inglesas, su primer single subió como la espuma hasta las primeras posiciones de las listas de éxitos en todo el mundo. Aún hoy en día, escuchamos inolvidables temas de los años 50, como Let’s Twist Again, Tutti Frutti, Shake Rattle and Rock y Jailhouse Rock, remezclados bajo el nombre de Swing the Mood. ¿Serás capaz de no seguir el ritmo con los pies?

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lunes, 11 de junio de 2012

Stronger (What doesn't kill you)

lunes, 11 de junio de 2012


Despertó aquella mañana. El sol se asomaba tímidamente por entre los edificios, tiñendo de ámbar la espuma de las olas que rompían contra el espigón del puerto. Observó las extrañas figuras que dibujaban en el techo los rayos de sol, que atravesaban las pequeñas hendiduras de la persiana.

Miró a su lado, donde el vacío de la cama se había convertido en algo habitual, aunque cada día lo sentía aún más cálido. Había vuelto a soñar. Creía haber perdido lo mejor de sí. Creyó escuchar tiempo atrás su última risa. Pero, por fin, el color volvió a inundar sus anhelos. Quedo en el olvido del tiempo, suspendido en un segundo, guardó cuanto le hizo daño y, poco a poco, aprendió a crecer y se hizo más fuerte.

Se sentó en la cama y, tras mucho tiempo volvió a dibujarse una sonrisa en su rostro. Suspiró y comprendió que ahora todo iría bien. Era el momento de alejarse de todo, de volver a empezar, de hacer la maleta y comenzar a caminar, a vivir nuevas experiencias. Se puso en pie y empezó su nuevo camino, porque lo que no te mata, te hace más fuerte.

Basándose en esta frase, incluida en la obra Ecce Hommo de Friederich Nietzche, la cantante Estadounidense Kelly Clarkson lanzó al mercado el pasado año su quinto álbum, que lleva por nombre Stronger e incluye un total de trece temas que, básicamente tratan sobre relaciones sentimentales. Entre todos estos, el segundo single, escrito por Jörgen Elofson, Ali Tamposi, David Gamson y Greg Kurtis, nos recuerda la frase del filósofo alemán, cuando en su estribillo escuchamos What doesn’t kill you makes you stronger.

Kelly Clarkson alcanzó los primeros puestos en todas las listas de éxitos con este tema, que lleva por título Stronger (What doesn't kill you), con el que nos enseña a superar los contratiempos que vamos encontrando en nuestro caminar por la vida. ¡Hasta mañana!

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sábado, 9 de junio de 2012

KC and the Sunshine Band

sábado, 9 de junio de 2012


Hace más de un mes que no frecuento este Blog. Es cierto que, en sus inicios me planteé el añadir diariamente un nuevo post, recomendando un tema musical, una serie, película, etc. Aunque, las circunstancias han querido que la publicación de nuevas entradas se haya dilatado cada vez más en el tiempo, ahora que finaliza el curso y llegan las vacaciones de verano, intentaré recuperar la sana costumbre de dejar a diario, unas letras en este Blog.

Ni corto, ni perezoso, he decidido hacer caso al sabio refranero español, cuando dice: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.” De esta manera, esta misma noche retrocederemos en el tiempo hasta 1975, año en que KC and the Sunshine Band lanzó al mercado su álbum homónimo, en el que podíamos escuchar Boogie Shoes, un tema popularizado dos años más tarde, gracias a la banda sonora de la película Saturday Night Fever. Situada en el puesto 35 del Billboard Hot 100, podemos escucharla en otras películas como Mallrats, del director Kevin Smith, o en series como Mujeres Desesperadas, Flash Fordward o Glee.

Curiosamente, entre los temas más populares de esta formación, afincada en Florida, encontramos el que fuera sintonía de Jóvenes a Tope, programa juvenil emitido en Radio Pizarra durante el verano de 1993, que supuso mi primera incursión en el mundo de la radio. Give it Up, versionada en esta ocasión por el grupo Danés Cut’N’Move, abría paso a un refrescante programa musical, que aliviaba el calor de las noches estivales.

Ya que hace tanto tiempo que no os recomiendo ningún tema, excepcionalmente os dejo estos dos temas y otros dos éxitos de KC and the Sunshine Band: That’s the way (I like it) y Please don’t Go. Ponte los cascos, sube el volumen y acaba esta calurosa noche de sábado... ¡Bailando!

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Boogie Shoes
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Give it Up
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That's the Way (I like it)
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Please don't Go

Boogie Shoes - Saturday Night Glee-Ever
(Glee, cap.16, 3ª temporada)
Give it Up - Cut'N'Move
Eurodance 1993


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martes, 24 de abril de 2012

Luz

martes, 24 de abril de 2012
Había sido un largo día de trabajo. A veces, todo parecía un paseo, pero ahora había tanto movimiento en la oficina que el trabajo se iba acumulando en su mesa y le obligaba a hacer horas extra. Aquel había sido uno de esos días. Eran las diez y media de la noche, y aunque le quedaban cosas que hacer, ordenó su mesa, cogió su maletín y se perdió en la oscuridad del pasillo.  

Había llovido y una ligera brisa le golpeó en la cara al salir de la oficina. El frio de la noche le vino bien. Necesitaba despejar la mente. Caminó despacio hacia el coche: le apetecía sentir el aire frio en la cara. Las calles estaban vacías. El bullicio del día había dado paso a una inusual tranquilidad. Parecía como si el tiempo se hubiese detenido. Sin coches, sin gente paseando por la amplia avenida que pasaba junto a su oficina. Posiblemente estuviesen todos refugiados en casa, por si volvía a llover. Todo era silencio a su alrededor.

Al llegar a casa, nadie le esperaba. Al principio no le gustaba, pero, tras dos años viviendo allí, se había acostumbrado a la soledad. En días como ese, le encantaba llegar del trabajo y darse una larga ducha caliente. Después, una cena fría, y se echaría en el sofá a ver una película, o cualquier programa entretenido que pusieran en la televisión. En ocasiones, ya de madrugada, se despertaba, miraba la televisión aún encendida, giraba sobre sí mismo y continuaba durmiendo. No sabía por qué, pero le gustaba dormir allí. Cuando salía más temprano del trabajo, tras la copa de rigor con los compañeros, se escapaba al gimnasio, o iba a correr un rato al campo. Sin embargo, cuando quería estar solo, se sentaba en la playa a contemplar la puesta de sol, hundiendo los pies en la arena. Le encantaba esa sensación, igual que le gustaba caminar descalzo por el jardín de su antigua casa. Ahora vivía en un piso: no le gustaba, aunque se sentía cómodo en él. Bonitas vistas, tranquilo, en una buena zona de la ciudad, pero..., demasiado vacío.

Aquella noche, el silencio era ensordecedor. Solo escuchaba el silbido del aire colándose por las rendijas de la ventana del lavadero y, a lo lejos, el monótono golpear de las persianas, agitadas por el viento. Dejó el maletín junto a la puerta, echó la llave y, sin pensarlo dos veces, caminó hasta la ducha. Estaba deseando relajarse bajo el agua caliente. Abrió el grifo y reguló la temperatura. Se desnudó y colocó la ropa, perfectamente doblada, sobre la cama. 


No sabía cuánto tiempo llevaba bajo el agua... ¿Cinco? ¿Diez minutos? Quizá más. De repente, le pareció escuchar algo fuera del baño. Una de las ventajas de vivir solo, era que podía dejar la puerta del baño abierta mientras se duchaba. Abrió la cortina de la ducha y escuchó unos instantes. Nada. Solo silencio. Volvió bajo el agua, pero entonces el sonido se hizo más audible. Sonaba más allá del pasillo. Asomó de nuevo la cabeza entre la cortina, y entonces se dio cuenta de que había luz en el salón. Era una luz tenue y blanquecina, que parecía moverse en la oscuridad. ¿Acaso había encendido alguna luz en el salón al llegar? No. Estaba seguro de ello. Su rutina era la misma cada día, desde hacía dos años. Pero, entonces, ¿qué era aquella luz?

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domingo, 25 de marzo de 2012

domingo, 25 de marzo de 2012

A lo largo de toda su historia, clu Teatro se ha caracterizado por una evolución paulatina en sus montajes, no exentos en ocasiones de cierta complejidad. Remontándonos unos años en el tiempo, recordamos nuestro primer trabajo, una adaptación de Los Figurantes, un texto de Sanchís Sinisterra. Por aquel entonces, para la realización del decorado utilizamos láminas poliestireno expandido que recortadas, pintadas y montadas como un puzzle, dieron forma a los diferentes elementos que comprendían la escenografía de la obra. 

Mucho ha llovido desde entonces, y muchos han sido también los montajes a los que nos hemos enfrentado; algunos sencillos, y otros mucho más complejos. Hasta el pasado año, Fuera de Escena ha sido la obra que nos había planteado un mayor desafío. A nivel interpretativo, la obra requería dinamismo, y unas grandes dosis de mímica ya que, en el segundo acto, durante al menos treinta minutos, no hablaba ninguno de los personajes. Sin embargo, clu Teatro se enfrentó a un reto mayor: construir un set que mostrase la cara y la cruz de un decorado teatral, debiendo girarse una superficie construida de 18 m2 en apenas unos minutos. Tras largas sesiones de investigación, de estudio y diseño, se decidió construir el decorado sobre tres estructuras rodantes de acero de 3 x 2 m., que permitirían mover fácilmente el decorado. Fuera de Escena supuso un antes y un después en clu Teatro, que siempre ha apostado por montajes llamativos, pero no exentos de cierta complejidad.



Decorado
Fuera de Escena
Montaje del decorado
Fuera de Escena

A principios de 2011, clu Teatro decide adaptar La Tienda de los Horrores, teniendo que enfrentarse a nuevos desafíos. No obstante, el decorado, pese a poder adaptarse, suponía de nuevo un complejo reto. El montaje original mostraba a público un enorme telón que, abarcando en su totalidad la boca del escenario presenta dibujada una gran ciudad. Nada más comenzar la obra, dicho telón se eleva dejando ver al espectador el interior de una típica floristería de los suburbios del Nueva York de los años 50. Por supuesto, dicho establecimiento no ocuparía por completo el escenario, ya que debe permitir la acción tanto en su interior, como en la calle, donde una escalera de incendios da acceso a una salida superior, utilizada en diversas ocasiones por Chiffon, Crystal y Ronnette. La escenografía se completa con complejos elementos mecánicos, que permiten dar dinamismo al montaje permitiendo, entre otras cosas, la aparición de la enorme planta a vista de público.

Lógicamente, este montaje excedía nuestro presupuesto y no hubo más remedio que simplificar, y buscar la manera de optimizar recursos. Como siempre, el proceso comienza con una fase de estudio e investigación. Tras un largo período de documentación y de diseño, se optó por simplificar al máximo el decorado en beneficio de uno de los protagonistas de la obra, a quien deberíamos dedicarle un mayor tiempo: Audrey II (de quien hablaremos más adelante). De esta manera, se decide construir únicamente aquellos elementos importantes del decorado, esto es, la tienda y el frontal de la casa de Audrey.

De esta manera, reutilizando el decorado de Fuera de Escena, se construirá y ubicará en el centro del escenario, sobre una pequeña plataforma de apenas 7 m2, una porción de la tienda, completándola con los elementos escenográficos y de atrezo necesarios. A su alrededor, la calle, donde encontramos entre cubos de basura, cartones y una farola, el frontal de la casa de Audrey, accesible a través de una pequeña escalera. 



Como elemento escenográfico adicional, se construyó una enorme pantalla que permitiría, no solo realizar proyecciones multimedia para apoyar el montaje, sino como telón para proyectar la silueta de los personajes en determinados momentos de la obra. Tras el estreno, este elemento se ha desechado, ya que distrae al espectador, por lo que se le ha sustituido por diferentes acciones que refuerzan el hilo argumental de la historia.

Todo esto ha supuesto un largo proceso de seis meses, que no ha finalizado con el estreno de la obra, sino que aún continúa, con el principal objetivo de hacer llegar al público en cada representación, un espectáculo de mayor calidad. 

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viernes, 17 de febrero de 2012

When you believe

viernes, 17 de febrero de 2012
Una luz.
Una oración.
Una vida,
estrella fugaz.
Una voz,
que con dulzura
mecen las olas del mar.

Un haz de luz,
de luna,
de blanca oscuridad.
Una trampa que te acecha.
Unos sueños que se van.

Y allí atrapada,
ciega,
ves la vida pasar,
corriendo bajo la lluvia;
buscando ver el final.

Tropiezas,
caes,
te levantas
Vuelves a caminar.
Cruzas el firmamento
como una estrella fugaz.

Una llama que se apaga,
que no se puede avivar,
que se ahoga en sí misma,
ténue fragilidad.

Y mirando al cielo
esperas,
acunada por el mar;
por las olas,
por el viento,
El silencio...
Nada más.

Cierra los ojos
y duermes.
Susuras una canción.
Una esperanza.
Un recuerdo.
Un te quiero.
Un adios.



"There're always hope, when you believe"

When you Believe

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lunes, 6 de febrero de 2012

Viva la vida

lunes, 6 de febrero de 2012

Hay instantes en la vida en que el tiempo parece detenerse. Es casi imperceptible para los que nos rodean, pero para nosotros todo parece ir a cámara lenta. Como si de un sueño se tratase, de repente nos encontramos en una playa solitaria. Las tibias olas trepan por la orilla, envueltas en rizos de espuma blanca… Hundimos los pies en la arena y lentamente caminamos mientras las gaviotas, suspendidas en el cielo, intentan volar mar adentro… Subimos a una roca… Huele a sal… Miramos al horizonte… Lejos del mundanal ruido, gritamos en silencio…

“Resuena mi bárbaro gañido en las cúpulas del mundo”. 

Quizá Coldplay quiso hacer esto cuando, en el año 2008 lanzó el álbum Viva la Vida or Death and All His Friends, alcanzando rápidamente el número 1 en todas las listas de éxitos. Hoy, sin más, por motivos personales, también yo quiero hundir los pies en la arena, sentir cómo las olas se deslizan entre mis dedos, subirme a esa roca y gritar… ¡Viva la vida!

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miércoles, 1 de febrero de 2012

Rama Lama Ding Dong

miércoles, 1 de febrero de 2012
El Do-Woop es un estilo musical que, bajo la influencia del rhythm and blues y el góspel nace en las comunidades afroamericanas de EEUU a mediados de la década de los 40. Este estilo se caracteriza por la interpretación vocal a capela, acompañada en ocasiones por una instrumentación ligera. Relacionado directamente con la movida rockabilly, alcanzó una gran popularidad durante los años 50 y 60. Las melodías estaban compuestas por sencillas letras de carácter marcadamente romántico, que ayudaban a los jóvenes de aquella época a conquistar los corazones  las chicas, armonizando sus voces mientras lucían estilizados tupés y chaquetas deportivas.

Aún no siendo un género muy popular en nuestro país, existen formaciones, como Tennessee  y Vocal Factory, cuya influencia es el Du Duá, nombre con el que es conocido el Do-Woop en España. No obstante, esta noche vamos a permanecer al otro lado del charco para conocer a The Edsels, una agrupación nacida en Ohio en 1959, que tomó su nombre del impopular Ford Edsel, uno de los mayores fracasos de esta marca de automóviles. En sus seis años de vida, la formación alcanzó un gran éxito gracias al tema Rama Lama Ding Dong, que les sirvió, no solo para conseguir un contrato con Capital Records, sino para permanecer hasta la actualidad en los primeros puestos del Billboard Hot 100. Rama Lama Ding Dong  forma parte de la banda sonora de películas como Grease e Hijos de un Dios menor, y ha sido versionada en numerosas ocasiones. Precisamente fue Rocky Sharpe and The Replays, formación Inglesa de finales de los 70 de los que os hablaré próximamente, la que grabó la versión más popular de este tema. 

¡Empecemos el mes con marcha! ¡Coge a tu pareja y a bailar!

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