Cerramos los ojos e imaginamos… Imaginamos volar lejos, muy lejos, a un país de sueños, de fantasía, donde el sol luce radiante en lo alto y el verde inunda las praderas. Donde las nubes se mueven a ritmo de vals, mientras los pájaros vuelan en traviesos juegos, dibujando espirales en el aire. Donde el atardecer tiñe el cielo de amarillos, rojos y añiles, mientras la luna despide al sol. Donde la noche se abre paso, mientras las luciérnagas se elevan en el aire, en un frenético baile de luces compitiendo  con el fulgor de las estrellas. Un mundo de sueños, donde las hadas abren sus alas y revolotean en derredor, jugueteando con los duendecillos, mientras las musas inspiran la más bella de las melodías… Cerrad los ojos y dejaros arrastrar a ese mundo de fantasía y sueños, mientras escucháis Barcarola...

Escuchar Barcarola
La Barcarola es originalmente una melodía folclórica italiana, caracterizada por el ritmo reminiscente del remar de los gondoleros. También recibe este nombre, cualquier obra musical escrita en estos términos. Así, una de las más famosas y, a mi parecer una de las más bellas que se hayan compuesto jamás, es la Barcarola de la ópera Los Cuentos de Hoffmann, del compositor y violonchelista alemán Jacques Offenbach, que se basó en los cuentos del escritor romántico Ernest Theodor Hoffmann para componer esta ópera en tres actos. Nacido en Alemania, pero nacionalizado francés, Offenbach fue el creador de la opereta moderna y la comedia musical, convirtiéndose de esta manera en uno de los compositores más influyentes de la música del siglo XIX. Aunque originalmente no fue escrita para esta obra, Barcarola consigue arrastrarnos a ese mundo de poesía en el que Hoffmann, protagonista de la obra, sueña con conseguir al amor de su vida: Stella.