Prometí hace ya casi un mes que, tras el estreno de La Tienda de los Horrores hablaría del proceso de creación de este espectáculo. Han pasado unas cuantas semanas de locura y, ahora que por fin estoy de vacaciones navideñas, puedo sentarme tranquilamente para cumplir mi promesa. 

Recuerdo ser aficionado al teatro desde siempre; me encanta todo lo relacionado con esta disciplina artística. Entré a formar parte del Grupo de Teatro TrEnéTIcoS cuando tenía 21 años. Pasó el tiempo y, quiso el azar que en 2006 comenzará a dirigir el Taller de Teatro Valle del Sol. Tras el estreno de Los Figurantes, de Sanchís Sinisterra, volví a sentarme delante del ordenador para llevar al teatro películas como Clue, y Una jaula de grillos, ó para adaptar obras teatrales como La extraña pareja, Las cosas de Gómez, Fuera de Escena, Oscar&Holmes, Edreround, TOC: Trastorno Obsesivo Compulsivo, y por último, La Tienda de los Horrores

Toda adaptación comienza con un proceso de documentación. Tanto si se trata de una película, como si es una obra teatral, no sólo hay que localizar el film, o el texto original, sino que además hay que estudiar los personajes, la época, y el entorno en el que se desarrolla la historia. En el caso de La Tienda de los Horrores, contaba no sólo con el guión original en inglés, sino también con la adaptación cinematográfica que en 1986 dirigió Frank OZ

The Little Shop of Horrors, es un musical del Off-Broadway cuyos orígenes se remontan a la década de los 60, cuando un director de serie B llamado Roger Corman dirigió una película cuya trama giraba en torno a una extraña planta que se alimentaba de sangre humana. Con un presupuesto que apenas llegaba a los 30.000 dólares, fue rodada en tan solo 2 semanas escasas, y alcanzó tal éxito que, Alan Menken y Howard Ashman, compositor y escritor respectivamente, decidieron dotar a esa peculiar planta carnívora de algo más de personalidad. Dicho y hecho. La Pequeña Tienda de los Horrores se convirtió en una comedia negra, muy negra, y en un musical, muy musical que, con el mismo argumento de la película de Corman, tenía como centro a una Audrey II con mucha más personalidad. 

El musical, que se ha convertido en uno de los más representados en todo el mundo, dibuja el argumento en forma de cómic donde el joven Seymour Krelborn deja de ser un judío hipocondriaco, para convertirse en un huérfano que vive bajo la tutela del Sr. Mushnik en los suburbios de Nueva York. En contraposición con el film original, donde Orin Scrivello muere acuchillado por un instrumento dental, en el musical, este sádico dentista fallece por un exceso de inalación de gas de la risa. Por otro lado, la temida planta era sus orígenes un híbrido entre una Pinguicula y una Venus atrapamoscas, convirtiéndose en el musical en un ser de otro planeta, dejando de llamarse Audrey Junior para adoptar el nombre de Audrey II. 

Como puede verse, las diferencias entre la película original y el musical de Ashman y Menken, son notables. Posteriormente, muchos de los detalles desechados en el musical, fueron rescatados para la adaptación cinematográfica de 1986. Adaptada en el 2000 por Xavier Mateu y Victor Conde, la versión española conserva en su totalidad los detalles de la versión orginal del Off-Broadway. No sucede así con la adaptación de clu Teatro, para la que he utilizado elementos del musical y de la película de Frank Oz, aderezados con algunos detalles de creación propia. 

De esta manera, nuestra versión de La Tienda de los Horrores no contiene el repertorio completo de temas del musical original: algunas canciones se han acortado, y se han incluido algunos elementos musicales que no forman parte de la partitura original. Igualmente, la adaptación de las letras se ha basado en parte en la realizada por Xavier Mateu y Victor Conde, aunque todas han sido modificadas para ser lo más fieles posibles a la versión en inglés. Por otro lado, la historia del Off-Broadway, aunque acompañada por un tema con bastante ritmo, finaliza de forma totalmente dramática. Nuestra versión, aún siendo dramática, incorpora ciertos elementos que dejan un sabor agridulce al llevarnos al más allá de mano de Seymour y Audrey, donde ambos se reencuentran tras un trágico final.

En definitiva, el proceso de adaptación de una obra teatral es una tarea complicada que implica mucho tiempo. La adaptación de La Tienda de los Horrores comenzó en febrero de 2011 y, aunque el proceso de adaptación finalizó siete meses después, dias antes del estreno aún se estaban reescribiendo detalles. Es más, ahora que hemos estrenado continuo revisando y puliendo el texto, corriendo algunas cosas que no funcionaron el día del estreno.

Próximamente más.