Este año se celebra el 30 aniversario de una de mis películas favoritas: Cazafantasmas. Con motivo de este evento, Sony Pictures ha lanzado una campaña de marketing impresionante que alcanza su punto culmen con la celebración del día Nacional de los Cazafantasmas y la proyección este próximo fin de semana de una copia restaurada y remasterizada en 4k de la película en más de 700 salas estadounidenses.

Hace ya 30 años desde el estreno de esta divertida comedia y aún sigue haciéndonos pasar divertidos y escalofriantes momentos conservando aún esa frescura y originalidad. Dirigida por Ivan Reitman y protagonizada por Bill Murray, Dan Aykroyd, Sigourney Weaver, Ernie Hudson, Rick Moranis, Annie Potts y el recientemente fallecido Harold Ramis, consiguió el reconocimiento del público y la critica, llegando a convertirse no solo en un referente de los años 80, sino también en un fenómeno de masas a nivel mundial. Ocupa la posición 28 en la lista de las películas más divertidas de la historia del American Film Institute y su tema principal, interpretado por Ray Parker Jr., resuena en la mente de todos cuando en el estribillo cantamos Who ya gonna call...? Ghostbusters!
La historia arranca cuando los parapsicólogos Peter Venkman, Ray Stanz y Egon Spengler deciden montar su propio negocio tras ser expulsados de la Universidad de Columbia por sus estudios y prácticas poco ortodoxos. Su nueva ocupación les lleva a convertirse en investigadores de lo paranormal y cazafantasmas. Esto les lleva a conocer a Dana Barret, quien tras vivir una extraña visión en su propio piso, es poseída, junto a su vecino Louis Tulley, por sendos demonios que anuncian la llegada de Gozer, un semidios sumerio interdimensional que amenaza con destruir, no sólo a Nueva York, sino a todo el mundo y... ¿a quién vas a llamar?

Cazafantasmas fue nominada a dos Globos de Oro y dos premios de la Academia, entre ellos al de mejores efectos especiales que han hecho perdurar en el recuerdo de todos a Slimer, los perros del infierno, el enorme muñeco de malvadisco o la bibliotecaria, para la que se combinó imagen real de la mujer con un muñeco animatrónico diseñado a partir del cuerpo de la actriz.


 Mención aparte merece el caso de Slimer o moquete, nombre que posteriormente popularizó una serie de dibujos animados basados en la película. El viscoso y simpático personaje fue creado como un disfraz de medio cuerpo realizado en espuma de látex. Movido por un marionetista y por técnicos que accionaban a través de cables las expresiones faciales, el personaje fue rodado sobre fondo negro que, posteriormente se eliminó para ser reemplazado por el metraje original. Para crear la ilusión el personaje se movía sobre distintos aparejos o incluso se movía la cámara en la dirección deseada sobre un dolly.