Acabamos de disfrutar de unos días de vacaciones en los que hemos podido aprovechar para estar con los amigos o para dedicarnos a nuestras aficiones. Sentado un día cualquiera, disfrutando de la televisión, comienza la suave melodía de la armónica, acompañada por un piano y una voz, triste y apagada, cuenta la historia de un sábado, de no importa qué mes, y de un hombre sentado a un piano, en no importa qué viejo café. 

Empezamos la semana con un clásico del rock compuesto en 1973 por el cantante, compositor y pianista estadounidense Billy Joel. El artista, que mostró interés por la música desde temprana edad, dejó los estudios para dedicarse a la música y, aunque su primer trabajo no obtuvo mucho éxito, años más tarde publicó el que se ha convertido en uno de sus grandes éxitos. Piano man, incluído en el álbum homónimo, relata la historia ficticia del cantante tras su primer fracaso en el mundo de la música. Subimos el volumen y unimos nuestras manos para escuchar a ese hombre aferrado a un piano, ese hombre que tras una dulce derrota canta, llora, golpea el piano con la emoción empapada de alcohol.