Últimamente ando algo nostálgico, tanto es el caso que el otro día compré la versión especial en DVD de La Bruja Novata. Basado en la obra original de Mary Norton, y dirigida por Robert Stevenson, este film de la factoría Disney se estrenó en 1971, contando en su reparto con Angela Lansbury, David Tomlinson, Roddy McDowall y Sam Jaffe.

El film, que mezcla imagen real con animación, nos lleva al año 1940. En medio de la segunda guerra mundial, en una pequeña aldea inglesa vive, en una enorme casa de campo, la Srta. Englantine Price, que accede a regañadientes a acoger a tres hermanos huérfanos. La primera noche en casa, los niños descubren que la mujer es una bruja, y acceden a guardar el secreto, por lo que la Srta. Price les da a cambio un boliche que les permitirá viajar y conocer a personas de cualquier parte del mundo. A consecuencia del cierre de la escuela de brujería dirigida por el Profesor Emilius Browne, se embarcan en una aventura en busca del conjuro de la locomoción sustitutiva, que les ayudará a luchar y derrotar a los soldados nazis, consiguiendo de esta forma el fin de la guerra y la victoria de Inglaterra.

La Bruja Novata consiguió el Oscar a los Mejores Efectos Especiales en la 44ª Edición de los premios de la Academia de Cine de Estadounidense. Precisamente, como aficionado a los making-of, esto me llevó a curiosear los extras del DVD y averiguar cómo hicieron en aquella época los efectos de la película, cuando aún no contaban con ordenadores que les permitieran realizar con facilidad Chroma Keys

En 1959, Ub Iwerks, animador de Disney, ideó la manera de combinar imágenes reales con animación, utilizando para ello un proceso conocido como pantalla de vapor de sodio. Este método, nos obliga a filmar la acción real sobre una pantalla de sodio, de color amarillo, utilizando para ello una cámara technicolor de tres bobinas. Con ella se consigue filmar dos imágenes separadas, ya que un prisma permite eliminar la luz de sodio. De esta manera obtenemos por un lado, la acción real sin el fondo amarillo, y por otro, impregnando un negativo en blanco y negro, la imagen obtenida por la luz de sodio. Esta última permite crear una máscara que, al crearse al mismo tiempo que la imagen real, permite separar a ésta del fondo y sustituirlo por aquello que se desee. ¿Fácil...? Mucho mejor hoy en día con los ordenadores, no creeis.