Cae la noche… una suave noche de verano. En el cielo titilan las estrellas, mientras la luna, tímidamente, se asoma por el horizonte resplandeciendo sobre las tranquilas aguas del mar. La ciudad, sin querer dormir, ahoga el bullicio en la música de terrazas y pubs. Más allá, las olas bañan la orilla, mientras los enamorados, recortados sobre las brillantes luces de la ciudad, disfrutan sobre la arena su pasión inmersos en juegos de amor. Y la brisa les envuelve, y la música embota sus sentidos, llevándolos en el tiempo hasta cuando contaban tan solo dieciséis años y se conocieron por primera vez. Acompañados por esta melodía, supieron por primera vez lo que era el amor y ahora, después de tantos años, al escucharla recuerdan aquellos primeros y mágicos momentos. Diego Vasallo comenzó su carrera en solitario por aquel entonces y su primer disco fue Cabaret pop. Tras regresar brevemente con Mikel Erentxun y Duncan Dhu, en 1992 lanza Realidad virtual de Rock’n’roll donde, con un sonido muy de los setenta, mezclando soul y rock, encontramos esos Juegos de amor, un clásico entre los clásicos.